El Perú tiene
una riqueza cultural a la altura sólo de las grandes y milenarias civilizaciones de
la historia de
la humanidad.
El Turismo en el Perú es marcadamente
cultural y vivencial, alcanzando el 80 por ciento de la totalidad y con un
promedio de estadía de 19 días por persona. Se entiende por vivencial aquel
turismo que se desarrolla con la convivencia entre el visitante y una familia
receptora quien le enseña sus hábitos y costumbres.
El veinte por ciento del turismo restante
es de aventura,
por el interés en practicar diferentes clases de deportes,
como escalar montañas, hacer canotaje, ciclismo en la nieve, surfing de mar y
de montaña, y otras tantas formas de atraer al visitante. Resulta interesante
la variedad de aventuras que el turista puede emprender en este país debido a
la variedad climática y forma geográfica de su territorio. Por ejemplo,
simultáneamente cuando en la costa es verano, en la montaña es invierno y en la
selva el clima es tropical.
Los visitantes tienen la oportunidad de internarse en la Amazonía o
remontarse al pasado para vivir tradiciones andinas preincaicas, incaicas, coloniales y
republicanas, manifestadas en la variada gastronomía peruana, en el arte, en las costumbres comunales,
en la música,
en el uso de la llama como animal de
carga andino en una caminata, atravesando paisajes nevados de la Cordillera Blanca,
de los Andes, por los Caminos del
Inca, en las afueras y dentro del Cusco, en los alrededores
del enigmático templo de Chavín de Huantar y en general en la
región de los Andes de este país.
Los turistas que desean recorrer el territorio paso
a paso, tienen la oportunidad de practicar el turismo vivencial en el Perú o rural en casas
campesinas, en familias que tienen preparadas sus viviendas para alojar al
turista y enseñarles su forma de vida, sus costumbres y tradiciones como arar
el ganado, preparar el pan, participar en ceremonias de pago a la tierra,
respetar el bosque, sembrar productos de la zona, caminatas a atractivos
cercanos y otras tantas costumbres autóctonas conservadas desde antaño.
La Amazonia peruana es el destino por excelencia del turismo vivencial.
La capacidad de relacionarse directamente con la naturaleza es lo que la hace
especialmente atractiva. Este tipo de turismo en la amazonia recién se está
descubriendo y desarrollando.
En los Andes del Perú, en la ciudad del Cusco los pobladores
de tres comunidades del Valle Sagrado de los Incas, abren sus
puertas al peregrino a fin de compartir su vida
cotidiana a través del turismo. La estadía permite participar
directamente en las actividades del campo, fiestas y rituales, logrando un
verdadero intercambio de vida en equilibrio con la naturaleza.
Además, es posible revivir mitos y tradiciones multimilenarios al contacto con los
habitantes locales durante el recorrido por las rutas ancestrales de los Caminos del
Inca y de Ollantaytambo (denominado
así por ser el tambo de Ollantay).
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